El futbolista nacido en Senegal, Sadio Mané, gana 15 millones de euros al año y anda con un viejo celular con la pantalla rota, podría comprar 5 mil iPhone al día y no se le acabaría el dinero. Le preguntaron en una entrevista sobre la curiosidad de su celular deteriorado y respondió:
"¿Y para qué carajo yo querría 10 Ferraris, 20 relojes de diamantes o dos aviones o mil iPhones? ¿Qué harán estos objetos por mi y para el mundo? Yo construyo escuelas, construí un estadio en mi pueblo, proveo ropa y comida para gente en la extrema pobreza de mi comunidad, y además, doy US$70 dolares por persona al mes a toda la gente de una región muy pobre de Senegal para contribuir con su economía familiar".
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