Se dice que, si colocas una rana en una temperatura gradualmente caliente, más exactamente en 0,02 grados Celsius por minuto, la rana se va adaptando a la temperatura y no salta del agua, ya cuando el agua está demasiado caliente, la rana ya no tiene fuerzas para saltar, ya que empleo toda la energía tratando de adaptarse a los cambios de temperatura del agua y muere cocinada.
La
enseñanza que nos queda es que a veces nos quedamos en una zona de confort y no
saltamos y ya cuando la situación está demasiado difícil nos rendimos y mueren
nuestros sueños, por eso no podemos esperar a que el agua hierva, saltemos
cuando se empiece a poner caliente, tomemos acción y vamos siempre hacia
adelante. Esto también aplica al calentamiento global que se vive actualmente,
pues nos hemos venido adaptando a las temperaturas del planeta y no se toman
las medidas pertinentes, ya cuando los climas sean demasiado extremos y no haya
nada que hacer, lamentaremos no haber hecho algo antes.
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